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Historia (II): la fundación

En 1942 y, en concreto, en la sesión celebrada el día 6 de octubre, el Consiliario D. Eduardo Ramos Sánchez habló por primera vez de la posibilidad de fundar entre los Antiguos Alumnos una cofradía penitencial para la Semana Santa de la localidad.


LA IMAGEN DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL PERDÓN


Ya tenía el ofrecimiento de una señora para donar una imagen de Jesús Crucificado, tamaño natural, y allí mismo D. Eduardo Ramos sugirió el nombre o advocación: Santísimo Cristo del Perdón.

Las metralletas habían enmudecido. Pozoblanco tenía una presencia de desolación: casas destruidas y ruinas por doquier. Lo que era más triste aún, en los hogares se oía narrar los sucesos acaecidos durante aquellos años que perduró la lucha fratricida.

Hubo demasiadas muertes en uno y otro bando. Eran muchos los hogares marcados por la señal de la tragedia. Cada uno de los que no participaron en la guerra la oían contar con unos tintes u otros, muy distintos, contradictorios.

La paz externa se había conseguido pero quedaba lo más difícil, traer la verdadera paz a los corazones. Muchos de ellos vivían y permanecían revueltos, y en no pocos hogares se advertía el hueco de un ser desaparecido o exiliado o preso.

Había muchas heridas que cicatrizar y aún persistían corazones destrozados. Había que contribuir a la reconciliación entre unos y otros y una cofradía con una imagen y una advocación que incitara a ello.

En Pozoblanco entonces se decía refiriéndose a D. Eduardo Ramos: «Si te libras de la Fiscalía que no te coja el cura de los Salesianos». Porque aquel sacerdote joven y entusiasta iba de un lado para otro recogiendo alimentos y dinero para mantener un comedor para sus niños recogidos en el Colegio. Casi todos eran huérfanos de guerra, la mayor parte de ellos hijos de los que habían militado en el bando republicano, aunque también había representación del bando contrario. Eran en total 25 ó 30 quienes recibían la comida del mediodía allí mismo, en el comedor del Colegio.

D. Eduardo sacaba el dinero para alimentar a estos niños y a las viudas de los hombres asesinados en el conflicto bélico. Por eso se decía «que daba igual que te cogiesen los de Tasas, los del Campo o el cura de los Salesianos». ('Los de Tasas' eran representantes del fisco nacional, 'los del campo' hacía referencia a los guerrilleros echados a la sierra)


LA FUNDACIÓN DE LA COFRADÍA


La idea expuesta en aquella ocasión tuvo una gran acogida, y en la sesión Plenaria de la Junta Directiva del 24 de noviembre de 1942 ya estaba encargada la Imagen del Santísimo Cristo del Perdón.

Desde el primer momento en que la Imagen se expuso a la veneración de los fieles causó honda repercusión entre todos ellos.

La Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón se creó en el año 1942 como actividad de la vocalía de Piedad de la Asociación de la que sigue dependiendo pero, actualmente, con autonomía en tesorería y actividades (No siempre fue así). Hay que destacar, dentro de la autonomía que disfruta con equipo directivo propio, la coordinación de los mismos bajo una sola Presidencia, y el punto de referencia de una única Asociación en la que todos se sienten integrados estando presentes en su órgano de gobierno, la Junta Directiva, y llevando a cabo muchas acciones conjuntamente.

La primera dificultad surgida para salir en procesión penitencial fueron las Andas. Se pidió presupuesto, según consta en la sesión del día 2 de noviembre de 1943, al gran artista local Miguel Sánchez Sánchez y al no menos famoso Eusebio Salamanca.

Las fundadoras del Colegio manifestaron sus deseos de que fuera el primero de los dos artistas el encargado de realizarlas y que, contra viento y marea, se hiciera lo indecible para que pudieran estar terminadas y saliesen en la procesión de 1944. Para buscar dinero con que sufragar los gastos ocasionados, se constituyeron comisiones, así como para que visitaran la Fábrica de Los Muñoces y hacer presupuesto sobre la tela necesaria y conveniente para las túnicas de los nazarenos. No quedaron satisfechos con lo visto entre los tejidos de Los Muñoces y se encargaron a Barcelona, aunque finalmente parece que se adquirieron en un establecimiento de la localidad.

En cuanto al presupuesto solicitado a Miguel Sánchez, o bien parecería demasiado elevado, o bien nunca llegó a hacerse. Nada dicen las actas al respecto, aunque, según se puede deducir más adelante, puede que se estimara elevado y se desistiese.

Pero persistiendo la idea de la cofradía y empeñados en sacar en procesión al Santísimo Cristo del Perdón, Doña Hilaria Moreno ofreció las Andas que ella misma había regalado a la parroquia de Santa Catalina para el Cristo de la Caridad. Éstas tenían un Vía Crucis de ornamentación que se le había arrancado y hubo necesidad de sustituir aquel ornato por otro que se le encargó a Miguel Sánchez que tampoco llegaría a hacerlo por considerarlo alto (acta de 8 de febrero de 1944). De cualquier modo, con ornamentación en las andas o sin ella, las andas sirvieron para el primer desfile procesional.


PRIMERA SALIDA A LA CALLE


El día escogido para su primera salida a la calle fue el Jueves Santo de 1944 (6 de abril) a las nueve de la noche.

En unas octavillas, que se distribuyeron con tal motivo, se incitó a lo fieles de Pozoblanco a iluminar sus fachadas y portales al paso por sus casas de Cristo para que Él iluminara sus almas.

Tuvo su primera aparición en las calles de la localidad un marco orlado de fervores eucarísticos. Jueves Santo, día de la reconciliación y de la gracia.

Entre el parpadeo tembloroso de los cirios, bajo un cielo, velado por el cendal gris plomo de las nubes, el rostro reverberante de resplandores.

Ante la expectación ansiosa del numeroso público que contemplaba el Paso de la Imagen desfilaron los cofrades pausada y silenciosamente siguiendo el itinerario al efecto designado, al redoble martilleante de los tambores y la explosión triunfal de las cornetas que abrían marcha.

A la cabeza de la procesión campeaba en manos de un nazareno una improvisada Cruz de Guía, cubierta de blanco lienzo e iluminada por la luz amarillenta de los cirios de dos niños nazarenos que le acompañaban.

Ocho cirios: seis en la parte anterior del Paso y dos en los ángulos posteriores y un reflector, que iluminaba la faz divina del Redentor.

Su itinerario fue el siguiente:

01ª Estación: Salida de la Iglesia.
02ª Estación: Calle Fuente.
03ª Estación: Cruz del Risquillo.
04ª Estación: Cruce de la Avda. de José Antonio.
05ª Estación: Doctor Rodríguez Blanco.
06ª Estación: Cuatro Esquinas.
07ª Estación: Benedicto XV.
08ª Estación: Hospital.
09ª Estación: Calle Jesús.
10ª Estación: Plaza del Capitán Calero Cañizares.
11ª Estación: Ayuntamiento.
12ª Estación: Correos.
13ª Estación: Andrés Peralbo.
14ª Estación: Entrada en la Iglesia.


Al llegar al lugar señalado para la sexta Estación, y tras un gran período de sequía, se percibió el frescor de la lluvia ligera, que haciéndose más intensa a medida que se avanzaba por la calle Benedicto XV, llegó luego a convertirse en torrencial. No obstante en el lugar prefijado se rezaron la sexta y séptima Estación y se determinó rezar la octava en el interior de la parroquia de Santa Catalina, colocando la Imagen del Santísimo Cristo del Perdón entre las dos puertas laterales. De ahí el sobrenombre de «Cristo del Agua».

Como seguía la lluvia intensa, se terminó allí mismo el ejercicio del Vía Crucis y se determinó dejar el resto del recorrido hasta el Colegio para el día siguiente, Viernes Santo, una vez terminada la procesión del Santo Entierro y tras el pago estipulado por la "posada" en la parroquia.

Así se hizo y, cuando el Viernes Santo volvió a su iglesia del Colegio, todos le daban gracias porque había enviado aquella lluvia abundante y requerida por nuestros campos sedientos y agostados que no habían conseguido las rogativas que el pueblo en masa había hecho en fechas anteriores.


LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA AMARGURA


En el mes de agosto de 1944 ya existía el ofrecimiento de parte de D. Guillermo Vizcaíno para adquirir una imagen de la Virgen que acompañara en su desfile procesional al Santísimo Cristo del Perdón.

Rápidamente se pensó en el escultor sevillano Antonio Illanes, a quien se le urgió porque querían que saliese a la calle la próxima Semana Santa. El Director del Colegio Salesiano se trajo desde Sevilla el reglamento o Estatutos de la Cofradía de la Amargura de la capital andaluza.

Se recibió un esbozo de la imagen encargada y según todos los cofrades, deseaban que «el gesto representara más dolor», y el escultor pidió que alguien se trasladara a Sevilla para ver la obra en su taller, que era mejor que una fotografía, por muy buena que ésta fuera.

Ntra. Sra. de la Amargura en 1984

Se trasladaron el Sr. Director y el Secretario de la Asociación y aprovecharon el viaje para tratar de la adquisición del Paso, Cruz de Guía y Faroles para el Cristo del Perdón.

En abril de 1945 se organizó la sección de nazarenas de la Virgen de la Amargura, con su vestido corto, mantilla española con peineta, cíngulo blanco, escapulario negro con cintas blancas que llevaban en la parte delantera una cruz blanca.

La persona que se encargó de organizar esta sección de nazarenas fue Carmen Alonso, que era la madrina del Centro de los Antiguos Alumnos y también ayudaron a ello las hermanas Monserrat y Araceli Bosch y se visitó a Teresa Caballero Cejudo para ofrecerle el cargo de Camarera de Nuestra Señora de la Amargura.

La Cofradía pasaría a llamarse del Santísimo Cristo del Perdón y Nuestra Señora de la Amargura.

La Virgen de la Amargura hizo su primer desfile en 1946 junto al Cristo del Perdón. En esta salida procesional el recorrido se configuró como un Vía Crucis por las calles del pueblo.