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Las Hermandades y Cofradías ante la Nueva Evangelización



En este curso en el que el Papa Benedicto XVI ha declarado el “Año de la fe” para la Nueva Evangelización con el objetivo de dar un renovado impulso a la misión de la Iglesia.

Las Hermandades, como parte viva de la Iglesia, tienen la misión y el reto de evangelizar.

Ante la inminencia de la Semana Santa muchos os preguntaréis cuál es el papel de las Hermandades y Cofradías en el seno de la Iglesia y cómo deben actuar las mismas ante la Nueva Evangelización.

Nos encontramos en una época difícil, donde muchas veces los cristianos nos sentimos perseguidos. La sociedad actual sufre un proceso progresivo de descristianización, una vida alejada de Dios y la pérdida de valores es más que preocupante.

Comentaba Mons. Munilla, obispo de San Sebastián, en unas de sus últimas visitas a nuestra ciudad “la suerte” que tenía Andalucía de tener tan arraigadas a las Hermandades y de ser el movimiento más grande que tiene la Iglesia en el sur. Efectivamente, son un cauce perfecto para evangelizar al contar entre sus componentes con un amplio segmento de la población como familias, niños, jóvenes y adultos.

Las Hermandades y Cofradías son asociaciones de fieles que tienen una vocación de vivir la fe, de transmitir el Evangelio y de amar a Jesucristo.

En los próximos días las calles de nuestra ciudad, acompañados de un intenso olor a incienso y azahar, serán el escenario idóneo para enseñar al pueblo cristiano de una forma visual y estética la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Los cofrades tenemos la obligación, y no sólo en estos días, de anunciar el Evangelio y dar un verdadero ejemplo de vida cristiana.

Las Estaciones de Penitencia son el culmen de un año intenso de trabajo, físico y espiritual, en las diferentes hermandades. No sólo debemos montar los pasos, fundir la cera, o encañar el clavel, también debemos prepararnos espiritualmente y limpiar nuestra alma acudiendo al Sacramento del Perdón.

Hoy día las Hermandades deben de fomentar dos aspectos fundamentales bajo mi punto de vista: la caridad y la formación.

En relación a la caridad hay que resaltar que las diputaciones de obras sociales de las Hermandades están respondiendo sobradamente ante las necesidades que actualmente están surgiendo, fruto de la crisis en la que estamos inmersos. Muchas están haciendo unos esfuerzos por encima de sus posibilidades, colaborando con las Cáritas parroquiales o proyectos en países de misión.

Pero quizás donde más hay que trabajar es en la formación. Ésta debe ser la mejor herramienta a desarrollar que tienen las Cofradías en la Nueva Evangelización. En la Carta Apostólica Novo millenio ineute (06/01/01) el Beato Juan Pablo II nos decía que “Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo sólo para sí, debe anunciarlo. Es necesario un nuevo impulso apostólico que sea vivido, como compromiso cotidiano de las comunidades y grupos cristianos”.

Nosotros los cofrades, que hemos encontrado a Cristo, debemos anunciarlo y qué mejor nexo que la Hermandad y saber transmitirlo a todos los miembros pertenecientes a ella, desde el hermano más joven hasta el hermano con más antigüedad.

Hay que acercarse a ellos y ofrecerles una formación en la que puedan desarrollar su fe, evangelizarlos y animarlos a llevar una vida cristiana comprometida.

Debe ser un objetivo prioritario para todos los Cabildos de Oficiales la Formación cristiana. Hay que involucrar a los Párrocos y Consiliarios en esta labor y fomentar la participación de los hermanos en las catequesis, prepararse para recibir el Sacramento de la Confirmación, charlas, retiros que se ofrezcan no sólo en la Hermandad sino también en la parroquia. Nunca debemos olvidar que la Hermandad debe ser un núcleo activo de fieles en la parroquia.

La Diócesis también nos ofrece la posibilidad de ampliar nuestra Formación a través del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Beata Victoria Díez. Éste debe ser un instrumento de Formación religiosa que nos permita un mayor conocimiento de la naturaleza de nuestra Semana Santa como medio evangelizador en nuestros días, para que cuando el hermano nazareno se revista su túnica y cubra su rostro con el antifaz sepa realmente lo que está haciendo y viva la Estación de Penitencia con fe y no como un acto lúdico-social.

Por último, incidir especialmente en la Formación de los jóvenes cofrades. Ellos son el futuro de la Iglesia y de las Hermandades y tienen que conseguir que la Semana Santa sea año tras año una inefable manera de evangelizar por las calles de Córdoba.

José A. Salamanca Navarro

Texto extraído de www.diocesisdecordoba.com

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