A la Virgen de la Amargura
HIJOS MÍOS, VENID Y OS CONSOLARÉ …”
Son tantos los motivos que tienen las personas para hacerse cofrade y de pertenecer de corazón a una determinada cofradía, que nos asombraríamos si llegáramos a conocerlos.
El corazón del hombre es tan profundo que solo él y Dios conocen su interior.
La gran alegría de los hijos es que las madres con ese sentido materno que Dios les ha concedido, conocen a sus hijos y todas sus necesidades.
El hijo sabe que su madre es la mejor confidente, su Ángel de la Guarda y la que sufre en silencio todas sus caídas.
Todos nuestros males, fracasos y caídas tienen solución. Cuando el hijo se acerca a la madre, le abre su corazón y le pide consejo.
La AMARGURA es la Madre de nuestra cofradía y por lo mismo, la madre de todos nosotros, sus cofrades.
Ojalá en los momentos difíciles, de caídas, de problemas, de sufrimientos, de indecisiones, de miedos y de cualquier otro mal, fuéramos capaces de acudir a ELLA, de pedirle ayuda, de poner los problemas en sus manos y en su corazón de MADRE. Ella es Consuelo, Auxilio, Remedio, Refugio y AMARGURA de todos nuestros males.
La Madre nos espera para escuchar nuestras oraciones y todos nuestros llantos que, aunque sean muchos, la madre siempre tiene el corazón para enjugar nuestras lágrimas.
La Fiesta de Regla nos invita a que recordemos esta gran verdad: “El que tiene una MADRE tiene un TESORO”.
AMARGURA, MADRE DE NUESTRA COFRADÍA ,
RUEGA POR TODOS NOSOTROS
Antonio Rides Romero
Consiliario
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